Al pensar en la evolución tecnológica, lo primero que se te viene a la mente seguramente sean los ordenadores, los teléfonos móviles y otros dispositivos. Pero, ¿sabías que también se evidencia en productos que poco o nada tienen que ver con la tecnología? En efecto, siendo un claro ejemplo los sofás.
El simple hecho de fabricar los sofás como los de Sofassimo ha cambiado radicalmente a lo largo de las últimas décadas. El proceso es más eficiente y menos contaminante, lo cual agradecen sobre todo aquellas personas que dan al ecosistema la importancia que merece, tratando de cuidarlo de la mejor manera posible.
Por supuesto, los sofás en sí también implementan algunos componentes tecnológicos que eran impensables hasta hace no demasiados años. Aquellos usuarios más tradicionales se decantan por los que no tienen ningún tipo de tecnología. Lo mismo sucede con quienes cuentan con un presupuesto bastante ajustado.
Si este último caso que hemos descrito también es el tuyo, no dejes que sea un aspecto limitante si te apetece tener un sofá avanzado a nivel tecnológico. Y es que en los momentos de escribir estas líneas, hay varios modelos rebajados. Así pues, comprando sofás en oferta puedes llegar a ahorrar una nada despreciable cantidad de dinero.
En algunos casos, llevarse las últimas unidades de los sofás supone un ahorro que ronda el 40%. Así pues, comprar modelos muy buenos a nivel tecnológico puede ser más barato que nunca. Pero, ¿a qué tipos de avances o mejoras nos referimos?
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Sistema que eleva las piernas e incluso da masajes
Innegablemente, uno de los cambios que supuso un antes y un después en el sector de los sofás fue la implementación de un sistema pensado para mantener las piernas en una posición elevada. Sin embargo, por aquel entonces se exigía hacer uso de un tirador. Los usuarios se veían obligados a empujar con sus propias piernas para llevar a cabo el plegado y devolver el sofá a su posición original.
Aunque no suponía demasiado esfuerzo, para las personas de avanzada edad era un poco difícil por la falta de tono muscular. Todo cambió con la llegada del sistema motorizado con el que cuentan los sofás relax.
Pulsando un botón se despliega el sistema, elevando las piernas del susodicho sin que tenga que esforzarse lo más mínimo. A la hora de recoger esa parte del sofá, basta con realizar la misma acción con el otro botón.
Si bien es cierto que este sistema lleva bastantes años implementado en los mejores sofás del mercado, antes era demasiado ruidoso. Hoy en día, no afecta para nada si estás viendo la tele o hablando con otras personas en el salón.
Eso sí, hay otro sistema que, por motivos evidentes, sí hace un poco de ruido, pero merece la pena teniendo en cuenta lo mucho que llegan a mejorar las personas que lo aprovechan. Nos referimos a un sistema eléctrico que da masajes.
La vibración de baja, mediana o alta intensidad proporciona importantes beneficios, desde aliviar los dolores musculares hasta activar la circulación sanguínea. De hecho, este último efecto también se consigue con el sistema de elevación de piernas, así que combinando los dos, las personas de edad avanzada se olvidan de los problemas de circulación sanguínea que tan habituales son al cumplir sesenta, setenta o más años.
Por si fuera poco, un buen masaje dado por estos sistemas tecnológicos favorece la relajación. No tardarás en darte cuenta de que los niveles de estrés se ven reducidos drásticamente. De hecho, a algunos usuarios incluso les resulta de gran ayuda a la hora de conciliar el sueño, disfrutando de reparadoras siestas en un sofá que, además, es cómodo a más no poder.
Puertos para cargar los dispositivos
Los fabricantes de sofás son conscientes de que los usuarios suelen utilizar diversos dispositivos electrónicos mientras están tumbados o sentados en sus productos. No solo hablamos de móviles, sino también de tabletas, videoconsolas portátiles, etcétera.
Sabiendo que las baterías de este tipo de aparatos tecnológicos no acostumbran a durar muchas horas, no dudan en implementar puertos en sus modelos de sofás. Todos ellos están pensados para permitir la carga de los dispositivos que sean compatibles.
Al principio solo eran USB, pero hoy en día también se integran tomas USB-C, un estándar que previsiblemente acabará imponiéndose en la industria. Por supuesto, el sofá ha de estar enchufado a la corriente para nutrir de energía a los dispositivos, así como a los sistemas que hemos descrito en anteriores párrafos.
Todo parece indicar que la evolución tecnológica se seguirá produciendo en el ámbito de los sofás. Tanto en los procesos de fabricación como en la implementación de pequeñas mejoras, la industria avanzará a buen ritmo para que los consumidores cada vez estén más a gusto en su sofá mientras se lo pasan en grande con sus propios dispositivos electrónicos y gadgets en general.